En la azotea de una casa, llegó una gatita desesperada en el frío de la noche, buscó un escondite y ahí nacieron sus tres cachorritos.
Los dueños de la casa se percataron cuando escucharon muchísimos maullidos, buscaron por todos lados hasta hallarlos. Cuando los encontraron, la mamá gatita ya se había ido.
Rápidamente los metieron a todos y los cobijaron. Les otorgaron el lugar más calientito de la casa.
Eran muy pequeñitos así que para mantenerlos calientitos consiguieron una caja, una cobija de peluche para simular el pelaje de su mamá y por debajo de la caja colocaron botellas de agua caliente.
Era un trabajo con mucha dedicación y que solo con amor se puede lograr, así que Malú y su primo se turnaban para cuidar a los peluditos.
Les daban de comer varias veces al día, preparaban una fórmula especial. Después los acicalaban con toallitas de bebé para que no sintieran la falta maternal y siempre los mantenían calientitos.
Con el tiempo los vieron crecer, sus ojos se llenaban de orgullo cada vez que veían pasar las fases de madurez.
Los gatitos se volvieron muy juguetones y cariñosos, pero no podían quedárselos. Así que emprendieron a buscarles buenos hogares a los tres pintores felinos.
Frida fue adoptada a los 5 meses por una amiga de Malu, que es chef. Ahora la hermosa gatita vive como una reina comiendo todo lo que le prepara.
Van Gogh y Dalí tardaron más en encontrar una buena casa. Pasaban los meses y ellos seguían en la espera.
Una buena señora, llamada Mireya, ofreció una oportunidad para ambos gatitos, como una prueba para ver su adaptación.
Van Gogh y Dalí se adaptaron rápidamente pero cada uno con su estilo.
Van Gogh un gatito reservado con gente nueva, tranquilo y que le gusta observar a través de las ventanas, tuvo mucha compatibilidad con Mireya.
Por las noches Van Gogh se posaba en su cabeza y hacia un tipo danza con sus patitas.
Dalí por su parte, es totalmente distinto, es extrovertido, tiene mucha energía, le gusta salir a tomar el sol y es extremadamente curioso.
Se paseaba libremente sobre los muebles tirando todo a su paso.
Cuando Mireya se preparaba café, Dalí no perdía ninguna oportunidad para meter sus bigotes en su taza.
Es así que cada gato tiene su personalidad y de ahí viene la teoría, que para cada humano hay un gato distinto.
Dalí necesitaba una persona con quien poder jugar y gastar toda su energía.
Así que la búsqueda siguió para Dalí. Él se fue a un hogar temporal que consiguieron Malu y su amiga Laura en Host a Pet. Estuvo ahí durante 2 semanas aproximadamente, hasta que su familia definitiva apareció.
Host a Pet Adopta hizo todo el proceso con los filtros debidos para una adopción exitosa y después de unos días Dalí comenzó a disfrutar con su nueva familia.
Ahora Dalí tiene una linda hermana que se parece mucho a él; es juguetona y muy energética.
La familia de Dalí y Amber compraron pecheras para sacarlos al jardín del fraccionamiento y así pudieran tomar el sol y pasear con seguridad.
Al concluir en la búsqueda de hogares para cada uno, Malu se sintió realizada y muy agradecida; Mandándonos estos agradecimientos para cada persona que le ayudó.
Malu-
Agradezco infinitamente a las familias que los adoptaron porque sé que ellos están bien y me llena de tranquilidad.
También agradezco con el corazón por el apoyo de Laura Hernández, sin ella no hubiera podido llegar a las personas correctas para el proceso de la búsqueda del hogar de mis niños, además de que siempre ha visto por su bienestar.
Estoy muy agradecida con Host a Pet por el apoyo y el amor que le pusieron a todo el proceso de adopción y por recibir a Dalí en hospedaje, fue un paso importante para tener más tiempo y encontrar el hogar ideal.
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