Una tarde como cualquier otra, Mariana iba conduciendo tranquilamente sobre la avenida, cuando vio al otro lado del camellón a un perrito blanco y chiquito que intentó cruzar.
Los autos, a punto de atropellarlo, hacían maniobras para evitarlo; y él se movía hacia atrás cuando le daba miedo.
Mariana sin pensarlo dos veces, aceleró y decidió dar la vuelta para ir a rescatarlo. Tuvo que tocar el claxon muy fuerte varias veces antes de llegar para asustarlo y él no siguiera dando pasos en falso.
Había una señora cerca del perrito y Mariana gritó con mucha fuerza – ¡Señora agárrenlo! Inmediatamente la señora tomó al perrito entre sus brazos y se acercó al auto colocándolo en el asiento del copiloto.
La señora, curiosa, le pregunta a Mariana – Y ahora ¿Qué hará con el perrito?
Mariana se queda pensando y dice muy segura de sí misma -llevarlo al veterinario.
Se dirigieron hacia la clínica del médico veterinario de confianza, y en el camino, el perrito no dejaba de temblar; Mariana lo calmaba con su voz, diciéndole que todo estaría bien, que no tuviera miedo.
Resultó que el perrito estaba sano, sólo necesitaba sus vacunas, desparasitación y esterilización.
Toda la familia conoció al perrito y después de buscar varios nombres se decidieron por “Benito”.
Al cabo de algún tiempo, Benito salió de la clínica veterinaria y lo llevaron a casa para hacerlo parte de la familia. Pero los perritos que ya vivían anteriormente en la casa, no lo aceptaron, intentaron socializarlos de mil maneras y tener la mejor adaptación, pero esto jamás ocurrió, se tuvieron que separar en distintas áreas, lo cual no era calidad de vida para ninguno.
Es por eso que Benito entró en proceso de adopción, porque merecía empezar de nuevo en una nueva familia.
Se promovió en redes sociales y varias personas deseaban darle hogar a este perrito tan simpático y tierno.
Benito ahora está muy contento de reescribir su historia junto a su nueva compañera de vida Claudia; brinca de felicidad porque tiene todo el amor y cuidados, que una esta familia da incondicionalmente.
La valentía que tuvo Mariana es admirable, todas las demás personas sólo pasaron de largo y siguieron su rutina.
Ella decidió ese día cambiar su camino para poder ayudar a un indefenso perrito que se le notaba su desesperación. Decidió no ser indiferente y que hoy gracias a su rescate Benito disfruta de una nueva vida.
El día que Mariana entregó a Benito a Host a Pet Adopta, se sentía muy feliz y complacida de haber podido ayudar a un perrito tan especial.
Claudia, nos cuenta que es un verdadero amor y que su adaptación fue muy fácil, además de que cada día se quieren más.
Gracias a esta gran historia Benito forma parte de una manada que la quiere.
Gracias a Vivi por el artículo.
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