Hola mi nombre es Maximiliano, pero mis amigos me dicen Maxi.
Hola
Hoy les contaré mi historia con el fin de tocar sus corazones y lograr que me adopten.
Yo nací en un terreno grande, donde había mucha tierra y algunos árboles un poco secos. Yo tenía dos hermanitos y una hermanita. Todos jugábamos a ensuciarnos y mordernos las orejas.
Mi mamá nos cuidaba y a veces nos gruñía para que estuviéramos quietos, pero era imposible porque teníamos ganas de explorar el mundo.
Mientras crecía podía jugar mejor a las mordidas, me volvía más fuerte y ágil al correr.
Un día se puso todo muy raro, nos pusieron en una caja que tenía un sabor seco y era de color café. Mientras yo rompía la caja observaba que íbamos a muchas casas y se llevaban a mis hermanitos.
Yo fui el último en entregar, llegué con un señor mal encarado que me puso un alambre en el cuello y me amarro con una cadena muy pesada.
Pasaban los días y ya no volví a ver a mi mamá, ni a mis hermanos, los días se volvieron aburridos y solitarios.
La comida era seca como piedras y el agua se tornaba de un color verde cuando la ponían en una lata que olía a pescado.
Yo veía pasar a la gente y movía mi rabito para llamar la atención, así que ladraba, pero el señor de la casa me gritaba y entonces me asustaba y me calmaba.
Yo no sé mucho del tiempo, pero sentí que era una eternidad estar entre la basura del terreno y mi cuello lo tenía adolorido por ese alambre que al crecer se me iba encajando.
Un día escuche unas risas y yo ladre como loco, de repente se asomaron dos personas que olían a pasteles, en ese momento sentí que mi vida iba a cambiar.
Se acercaron y me acariciaron, al ver mi cuello se entristecieron y me liberaron de esa monstruosa cadena con la que peleaba todos los días y siempre me ganaba, pero hoy triunfe.
Me subieron a un auto muy cómodo que tenía una cama incluida, yo salte como loco, estaba tan feliz que me hice pipí de la emoción.
Note que la pareja estaba muy molesta con el señor no paraban de discutir.
Después se calmaron y pudimos marcharnos. Llegamos a un gran lugar, no tiene tierra donde jugar, pero tengo muchos juguetes.
Yo y mis héroes emprendimos la misión de encontrar una linda familia que me quiera tanto como yo a ellos.
Me tomaron unas fotos donde lucí una sudadera de Super Can ya que dicen que soy muy valiente y todas las fotos se subieron en internet para que la gente me vea y me ayuden a conseguir un hogar responsable.
A la manada que me adopte, les prometo que le moveré mi rabito lo más rápido que pueda, también prometo no hacerme pipí en la sala y seré su fiel guardián incluso cuando vayan al baño o duerman. Pero sobre todo entregarles todo mi amor que tengo.
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